1 de Septiembre-Compartimento Griffindor- Griffindors

El tren iba a arrancar en nada y menos, así que me despedí de todos con la mano y me fui a hacer lo propio con mi uluyilia. Y, mira tú por dónde, Ulrik estaba con ellos. Le di un sonoro beso en la mejilla y comencé con el ritual de abrazos y despedidas de todos aquellos que habían venido a acompañarnos a la estación. Hasta las vacaciones de invierno tampoco faltaba mucho tiempo, pero siempre terminaba escapando alguna lagrimilla porque, bueno, éramos una familia muy unida, no podíamos evitarlo.

Cuando ya estaba a punto de girarme para subir al vagón, Ulrik se dio la vuelta y me enjaretó el transportín donde llevaba a Rapunzel para que se la llevara yo. Miré a la gata y suspiré. Mejor yo que lo hiciera él y terminara cayéndose a la vía o algo así. Por lo que le di la jaula de Pali a Ion para que la llevase hasta Hogwarts, total, era la lechuza para el correo de los tres, y me enganché mi baúl y la gata de mi amigo para subir al tren, caminando hasta el vagón donde Ethan le había guardado sitio al torpe de Ulrik.

– ¡Ion, Luka, no os gastisardéis todas las monedas en dulces durante el trayecto! – les grité a mis hermanos pequeños mientras ellos se iban a buscar su propio compartimento por el tren antes de entrar con el gryffindor pelirrojo y dejar el transportín en el asiento – Buenas, me acoplo un rato con vosotros – dije a modo de saludo.

Dejé mi baúl al fondo del compartimiento y me senté, total, luego me iría con las de Slytherin, por lo que no me valía la pena colocarlo bien si iba a moverlo en ¿cuánto? ¿Un par de horas a lo sumo? Así que lo puse de manera que no molestara a nadie y me olvidé de él.

– Te abandono pronto porque te tengo muy visto – bromeé con Ulrik cuando se sentó a mi lado. Acaricié distraídamente su cabello y miré como Rapunzel se dormía dentro de su transportín. Gata más vaga, de verdad. Si yo fuera ella ya estaría maullando para que me sacaran de allí. Ethan nos preguntó por el verano y dirigí mi mirada para encontrarme con la suya. No es que hablaramos mucho, y la verdad, siempre terminaba confundiéndole con alguno de los Weasley. Es que tanto pelirrojo en Gryffindor me liaba, seamos sinceros –. Yo me he pasado el verano trabajando con mi familia, y hemos tenido dos bodas. Unos primos, que se han casado, así que a lo tonto no he tenido tiempo para m...

No terminé mi frase, ya que una chica rubia abrió la puerta del compartimento y nos preguntó si podía sentarse con nosotros. Ulrik le dijo que sí, por lo que entró y colocó su baúl (cuya cerradura estaba para el arrastre) antes de dejar a su lechuza a su lado. La miré en silencio unos segundos, y prácticamente sin darme cuenta me quedé dormidísimo.

Cuando abrí los ojos estaba tumbado sobre las rodillas de Ulrik, persona que también se había dormido, y el sol ya se estaba ocultando. Mierda. Justo en ese momento la chica que había venido antes salía del compartimento, así que me estiré y me incorporé bostezando. O me ponía las pilas, o me ponía las pilas. Fui a mi baúl y saqué el uniforme, que yo recordaba que mi dai lo había planchado, por lo que sería el único día que lo llevaría decentemente.

– Ethan, no te importa que me cambie delante tuya, ¿no? – le pregunté cuando ya me había quitado los pantalones.

Uniforme puesto y ropa de calle guardada, le cerré la boca a Ulrik, que amenazaba con caérsele la baba, y me eché el baúl al hombro. Tras pedir al pelirrojo que avisara al otro pelirrojo (manda cojones...) de que me había ido a cumplir con mis funciones de prefecto, abrí la puerta y salí al pasillo.